ARMONÍA ESENCIAL
Carmen Laffón, Joan Hernández Pijuan, Mitsuo Miura, Ángeles San José y Javier Riera
ARMONÍA ESENCIAL
En esta muestra, nos sumergimos en un viaje que trasciende las representaciones tradicionales del entorno natural, revelando interpretaciones diversas que reflejan la riqueza y complejidad de nuestra relación con el mundo que nos rodea. Cada obra es una ventana a la esencia del paisaje, una búsqueda de armonía esencial que trasciende la representación literal para capturar la espiritualidad en su forma más pura. El color se convierte en un vehículo para transmitir estados de ánimo, experiencias personales y percepciones subjetivas de la naturaleza.
Algunas de las obras presentes en esta exposición están marcadas por la reducción de elementos e invitan a una contemplación silenciosa. Otras, sin embargo, experimentan con la luz y el color para capturar sus matices y transformaciones, que expresan la esencia de la realidad.
Dice Kenneth Clark en El Arte del Paisaje: “Los hechos se convierten en arte por medio del amor, que los unifica y los alza hasta un plano de realidad más elevado; y en el paisaje este amor que lo abraza todo está expresado por la luz.”
Luz que se derrama sobre este paisaje de tierra, mar, arena, río, marismas, de espacios infinitos, al que me asomo una y mil veces intentando trasladar al lienzo la emoción y la intensidad de su contenido. (Carmen Laffón, Visión de un paisaje).
Experimentar un cuadro de Hernández Pijuan como “paisaje” requiere que reconozcamos este término respecto a su etimología en la historia del arte y que entendamos el acto de contemplar la superficie, color y textura de una pintura abstracta según esa misma tradición. No se trata de un acto de reconocimiento, sino más bien de descubrimiento, un proceso de mirar hacia los propios límites perceptivos y cognitivos para ver la búsqueda del paisaje en el marco de un acto mucho más amplio, el de construir significado a partir de una fuente ambigua. (Dan Cameron)
Con su asombrosa capacidad de síntesis, Mitsuo Miura lleva hasta sus últimas consecuencias la traducción plástica de los distintos estados del paisaje; tanto del natural como del urbano, porque, más que en el paisaje en sí mismo, la clave está en reflejar la experiencia del paisaje, que resulta de la esencia de formas y diferentes gamas cromáticas. Sus propuestas introducen la idea de la contemplación placentera y la invitación al desplazamiento a partir de geometrías simples y colores vivos. (CA2M)
Ángeles San José nos invita a interpretar libremente las resonancias que se generan a partir de la fragilidad de los elementos presentes en la exposición, los papeles quebradizos y rotos, la indefinición semántica, la pintura craquelada o empolvada, los procesos de borrado y lijado, y el uso matizado e indefinido del color.
La relación entre geometría y naturaleza adquiere en el trabajo de Javier Riera un carácter meditativo, apelando a una convivencia del público con el poder de sugerencia de la modificación del paisaje a la que asiste, que aspira a ampliar su percepción, tendiendo puentes hacia cualidades y dimensiones ocultas de los espacios en los que se produce.