10º Aniversario Galería Adora Calvo

(Homenaje a BASILIO MARTÍN PATINO)

'CAPEA'

 

 

 

 

 

Basilio Martín Patino. Capea. Ensayo sobre la realidad cinematográfica, 2004. 

La imagen-­movimiento  de Gilles Deleuze encuentra en el Ensayo sobre la realidad cinematográfica. Capea, de Basilio Martín Patino (2004) una clasificación de las imágenes-­tiempo que nos ha permitido acercarnos a un imaginario colectivo ya desaparecido. Imágenes-­tiempo que se hallaban incrustadas en nuestra experiencia colectiva  y  que  ahora  reviven  en  escenas  que  emergen  distantes  de  la  actual mirada globalizada. Capea es también la reconsideración fílmica de un autor que en  el  año  2004  decide  inter‐actuar  sobre  el  tiempo  y  el  espacio documental haciendo un Ensayo sobre la realidad cinematográfica a partir de su propio trabajo “El noveno” de 1961. 
 
Capea es una rareza cinematográfica que conjuga de forma extraña secuencias fílmicas que han sido compuestas en un embaldosado de imágenes, donde se amalgama y disecciona la memoria desaparecida de un país. Un experimento cinemático, donde Basilio Martín Patino trata de ensayar una narrativa cinematográfica a contratiempo de la imagen-­movimiento. Una aceleración y desaceleración de las imágenes que trastorna nuestro sentido de la realidad para inventarla. 

En Capea Basilio Martín Patino revuelve sus impresiones y recuerdos, presentándolos como un aluvión de imágenes que se deshacen, reconstruyen e intensifican a cada paso. Nada sabíamos de este trabajo, pues tras la realización de “El noveno” y “Torerillos”, no había vuelto al tema. Podemos por tanto considerar este Ensayo sobre la realidad cinematográfica una declaración fílmica que busca rehacer el tiempo y recomponerlo desde el movimiento sincrónico de imágenes­‐movimiento, insertadas de forma discontinua y múltiple. 

Un documental que pertenece a un tipo de experimentalidad fílmica que ha discurrido de forma singularmente inédita e independiente a la industria del cine. Las imágenes de Capea retornan a nuestra iconología taurina más universal y a escenas anteriores que reaparecen, reformuladas en intensas e inéditas imágenes. 

En  San  Felices  de  los  Gallegos,  Basilio  Martín  Patino  se  libera cinematográficamente del documento, -­al igual que sus habitantes se liberaron del antiguo pago de los campesinos a sus señores-­ y, tras registrar ese hecho en su documental “El noveno”, crea 40 años más tarde un dispositivo cinematográfico donde despliega una intensidad cromática y un discurso sobre la imagen-­‐ movimiento que le permite transformar la realidad en sueño y recuerdo imaginado de una España donde conviven vitalidad, espontaneidad, valentía e irracionalidad.

En Capea se encuentra la huella mnémica de un autor que nos ha transmitido un imaginario imprescindible para nuestra cultura, un trabajo que aparentemente es deudor de la narración costumbrista y documental, pero que se revuelve contra sí mismo para reconvertirse en una explosión de la vitalidad colectiva de un país arcaico que renace ante nuestros ojos transformado en cine. El circuito emocional de Basilio Martín Patino vuelve su mirada a la España desaparecida y lo hace como un niño que trata de colorear sus imágenes desde la cualidad afectiva de sus recuerdos.  Desde  Capea,  Basilio  Martín  Patino  vuelve  a  emocionarse  con  sus paisanos  y  divertirse  con  sus  costumbres,  bailes  y  canciones  y,  tras  disfrutar  de nuevo sus ilusiones y esperanzas, comprende el tiempo interior en el que él también ha vivido.

Capea es también una reedición emocional y festiva que celebra, cómo el pueblo de San Felices de los Gallegos cabalga y se libera de sus impuestos, ahuyentando las cargas y dependencias que impiden su desarrollo y felicidad. San Felices, en Capea, es un escenario ralentizado, acelerado y mítico que se adiestra a vivir y danzar libre de ataduras, como si fuera imposible pensarnos a nosotros mismos, sin la fiesta. El día 9 de cada mes de mayo es cuando sus vecinos contemplan por fin el derribo del toro que les amenaza y cuando logran vencerlo cara a cara, mientras beben alegres y sin restricciones. España, en San Felices de los Gallegos, baila sus ilusiones.

La actual aceleración del tiempo disuelve rápidamente el poder de las imágenes, haciendo que se desactiven de inmediato como si nunca hubieran existido. En el documental Capea, sin embargo, el tiempo revive repentinamente la España que recuerda nuestra procedencia campesina y rural. La proyección actual de este documental y la edición impresa de sus fotogramas en formato postal se realiza gracias al interés y generosidad de la Fundación Basilio Martín Patino, que ha cedido Capea para poder producir esta exposición en colaboración con la Galería Adora Calvo de Salamanca y las Instituciones públicas que han prestado su apoyo, a fin de acercarnos al rico arsenal iconográfico que este inédito documental contiene.

Estamos ante un documental independiente, que dispone de un poderoso caudal de  imágenes  que  se  transforman  entre  sí  mediante  el  uso  de  un  dispositivo imaginal que utiliza el azar y el automatismo visual como un efecto multiplicador, basado en crear simultaneidades fílmicas que funcionan a diferente escala y tamaño. Una estrategia visual que entrecruza tanto escenarios como planos cercanos y alejados que se aproximan sin diferenciación ni lógica alguna; tiempos dislocados que se fusionan e imágenes coloreadas que conviven con otras que no lo han sido. De forma y resultado que sin control las imágenes se desordenan entre sí, desencajándose como el espacio roto de un collage dadaísta. En San Felices, con Basilio Martín Patino la imaginación se fuga de la realidad para entenderla.

Las imágenes aquí seleccionadas han sido extraídas de la frenética velocidad del cine como un ensayo iconológico sobre la fugacidad del mismo, una congelación de imágenes que nos han permitido un mejor análisis de su composición y estructura, de tal forma que el fenómeno cinematográfico vuelve a sus orígenes cronofotográficos, al instante perfecto, al momento decisivo y al tiempo detenido. Son por tanto estas postales cinematográficas, el entresijo de un complejo proceso de montaje y secuencias fílmicas donde se ha retenido el tiempo en fotogramas de la propia experiencia cinematográfica. La libertad de este procedimiento anticinematográfico, nos ha permitido rescatar la contemplación pausada de sus yuxtaposiciones, sus relaciones discontinuas, simultaneidades y roturas fílmicas. El resultado final nos permite entender mejor como algunos de los avances estéticos que Basilio Martín Patino ha aportado al mejor cine experimental español radican en un lenguaje donde realidad y ficción se entrelazan hasta generar en este caso anamorfismos, que le acercan a lo monstruoso, lo fantasmal y esperpéntico. En el cine de Basilio Martín Patino tenemos el alma dormida e inconsciente de nuestro país.



Fernando Sinaga, Salamanca mayo de 2014.

 

 

 

Galería Adora Calvo

 

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